El carballo biónico o la estupidez de un humano

Bob Dylan nos cantaba que el viento ya no era solamente el aire en movimiento en el pasado siglo, pues el aire estaba contaminado de respuestas; más tarde llegó Prince y nos cantó lo de que la lluvia era púrpura y no contentos con eso Juan Luis Guerra quería que lloviese café.
¿Cómo quieren que me sorprenda a estas alturas por el cambio climático si estos profetas ya lo venían anunciando?
Con nuestras acciones u omisiones y “emisiones” a la naturaleza que llamábamos con pomposidad sabia la estamos volviendo loca, y esta “sabia loca” ha engendrado un Carballo que en vez de dar “landras” nos sorprende esta primavera con bolsas de residuos en sus “polas”.
Podría acabar siendo cierta la historia pero no, lo cierto es que un marrano aficionado a la pesca deportiva, después de cargar con la bolsa de la merienda y dar buena cuenta de ella, se deshizo de la susodicha y la colgó de la pola, e imagino que lo haría con la cómoda intención de que ella solita se degradara o desintegrara, o tal vez pensase que ya que paga sus impuestos “que vengan los chicos del carrito de las basuras y que se la lleven”.
Visto esto creo que deben de estar muy reñidas la educación y la afición a la pesca deportiva.
Y para lluvia la del video que cuelgo, lo siento Juan Luis pero esta primavera precisamente no llueve café, haber si para la próxima…

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